13 de enero de 2016

La revolución parece que no será tal


Las escuderías se reunieron con Pirelli antes de Navidad para escuchar sus argumentos de cara a 2017. La marca italiana les explicó que ante tanto 'downforce' haría falta cambiar la presión de sus neumáticos, y que dicha modificación perjudicaría la velocidad de los coches en el paso por curva. Por lo que sólo tres escuderías se mantuvieron en la idea de continuar con los planes iniciales, siendo el referente de ellas Red Bull

La FIA aún no se ha pronunciado al respecto, y se espera que lo haga luego del 15 de enero, fecha limite que tienen los fabricantes para hacer una propuesta definitiva en relación al motor alternativo y los cambios reglamentarios que se querían introducir para 2017.

Pero lo cierto que el recule de las mayorías de las escuderías ha molestado a Red Bull y en especial a su cerebro Adrian Newey, hombre que viene avisando desde hace mucho tiempo que se está coartando la libertad de acción de los ingenieros con los últimos reglamentos.

De querer un monoplaza que mejore cinco segundos, como se planteó en un primer momento, a conformarse con uno que sólo mejore tres por la incidencia de un neumático más ancho, sin tener que modificar agresivamente la aerodinámica, muestra claramente el conservadurismo que tienen muchos dirigentes que hoy por hoy dañan a la F1.

Como se estima que los monoplazas ganarían entre dos y tres segundos gracias a los nuevos Pirelli, cuyas dimensiones serán superiores a las actuales. Como más goma significa mayor superficie de contacto con el asfalto y por tanto más agarre y velocidad, tanto en tracción como sobre todo en el paso por curva, visto el dato que agrega la marca italiana que si hay incidencia de carga se tienen que modificar las presiones, muchos ‘genios’ decidieron volver para atrás.

Los cráneos de Mercedes fueron los primeros en plantear esta posibilidad. Entonces sus rivales creían que su posición respondía a un interés partidista por defender su superioridad, pero se abrió una investigación que concluyó con una exposición de Pirelli el pasado 17 de diciembre. La marca italiana argumentó que para lidiar con un estrés tan alto sería necesario elevar la presión mínima de los neumáticos y que esas nuevas presiones perjudicarían el paso por curva, lo que neutralizaría el efecto de la nueva aerodinámica. Y ante esta advertencia los genios decidieron echarse atrás.

“Después de la última reunión, se decidió por mayoría absoluta que en 2017 volveríamos a la normativa de 2016 por lo que al chasis y el difusor respecta”, habría revelado una fuente anónima al portal estadounidense Motorsport.com, el encargado de destapar la noticia. “Pirelli expresó su preocupación ante la nueva carga aerodinámica y se tomó la decisión de reducir el incremento de aerodinámica previsto para 2017. Red Bull estuvo muy enfadada por esos cambios”, graficó el informante anónimo.

Adrian Newey, que está mucho más adelantado que estos ‘genios’ se esperaba esta mariconada.

“Los cambios de reglamento dan la oportunidad de hacer algo distinto. Sin embargo, con los cambios de los que se han estado hablando de 2017, en realidad no son tan diferentes de lo que tenemos ahora. Neumáticos ligeramente más anchos, unas regulaciones aerodinámicas un poco más revisadas, etc. No hay grandes diferencias”, adelantó al periódico árabe The National.

Para luego apelar a la nostalgia. Siempre he disfrutado los cambios en las reglas, ya que da nuevas oportunidades. Los reglamentos se han vuelto cada vez más restrictivos. Si tú regresas digamos los años 1970 y la década de 1980, tú ves una gran variedad de formas en los coches porque los reglamentos eran relativamente libres. Ahora, si usted pinta todos los coches de blancos en el pitlane, tú tienes que estar muy bien informado para saber qué coche es de qué equipo”. Y lo triste es que seguirá siendo así.

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