4 de septiembre de 2015

Gary Hartstein, el cerebro médico que echo Todt

El británico brindo una jugosa entrevista en la que nos mostró una realidad que preocupa… y mucho.

La FIA está tomando caminos equivocados que cada vez más se alejan de la medicina por excelencia que supo tener la F1. Su presidente Jean Todt está lejos del compromiso que había tenido su predecesor Max Mosley con el deportey está tirando a la basura veinte años de investigación y desarrollo por amiguismos.

Cuando llegó el final de la temporada 2012, la FIA le dijo adiós al hombre que había estado trabajando a la par de Sid Watkins, cuya eminencia lo dejo como su predecesor. Y en su lugar pusieron a un tal Piette, que nada sabía en atención de traumatismos y lesiones graves, pero era amigo de Todt y un ‘gran apasionado de la F1’. Esta perlita y otras anécdotas preocupantes más, son las que veremos a continuación en esta grandiosa entrevista donde Hartstein es preguntado especialmente sobre el procedimiento que se llevó a cabo con Jules Bianchi y lo que hubiera hecho Sid Watkins en estos tiempos.

JULES BIANCHI, EL ACCIDENTE DE JAPÓN

PREGUNTA: ¿Qué hubiera dicho Sid Watkins de haber visto lo que pasó en Suzuka 2014?

Gary HARTSTEIN: Hubiera estado muy enfadado, hubiera estando dando golpes a las paredes y quejándose de cómo de pobre fue todo eso. Estoy contento de que no lo haya visto. Se hubiera vuelto completamente loco. Completamente.


P: Se ha hablado mucho de la presencia de una grúa en el momento del accidente de Bianchi, pero la verdad es que en el pasado hubo ocasiones en las que un Fórmula 1 casi impactó contra ese vehículo. Cuando usted era el delegado médico de la FIA, ¿lo consideraron un peligro o nunca lo vieron como tal?

G. HARTSTEIN: Para ser honesto, no tengo muchos problemas con los procedimientos que se aplicaron después de que Adrian Sutil se saliera de pista. No tengo problemas con la actuación de los comisarios y de dirección de carrera. La doble bandera amarilla significa que los pilotos han de estar preparados para detenerse y hay momentos en los que no queda otra solución que sacar la grúa a la pista. La gente ha sido crítica y ha preguntado por qué se ha culpado a Jules de lo ocurrido, pero lo cierto es que en última instancia quien apretaba el acelerador era Jules y, por definición, iba demasiado rápido.


P: ¿Qué protocolos se activan en esos casos?

G. HARTSTEIN: Creo que desde ese punto de vista todo funcionó bien. Hubo un poco de confusión, pero salieron el coche de seguridad y el medicalizado y al poco el médico tomó la delantera para dirigirse a la zona del accidente. No tengo ninguna duda de que el trato que se aplicó in situ fue bueno. Conozco al doctor del coche médico y es excelente, estoy seguro de que el trato médico fue exactamente como dicta el protocolo.


P: Pero ha habido mucha polémica por cómo sacaron a Jules del circuito.

G. HARTSTEIN: Sí, las decisiones sobre su evacuación al hospital fueron muy problemáticas. Mucho. Si revisas la normativa de la FIA, puedes ver que cuando las condiciones meteorológicas impiden que el helicóptero médico pueda despegar, la única forma de que la carrera continúe es que el hospital más cercano esté a X minutos, creo que son 20 o 30 (20). Eso se puede calcular de dos formas: o bien cronometrando una ambulancia que haga el trayecto o bien calculando matemáticamente cuánto tardaría. De acuerdo con esa normativa, tan pronto los pilotos del helicóptero reportaron que no podían volar, el delegado médico debería haber recomendado a dirección de carrera que se detuviera la prueba o que al menos ondeara la bandera roja de forma provisional hasta que las condiciones meteorológicas mejorasen. La evacuación duró 40 minutos. Eso es mucho. Jules sufría una lesión muy grave, estaba muy mal herido y una evacuación de 40 minutos es demasiado para una lesión cerebral tan grave.


P: La FIA dijo que el estado de Jules no se vio afectado porque la evacuación durara tanto.

G. HARTSTEIN: Sí, esa afirmación es chocante. Absolutamente chocante. Lo escribí en mi blog en su momento: nadie que sepa de lesiones cerebrales hubiera dicho jamás algo semejante. 40 minutos es demasiado para una lesión cerebral. Cualquier neurocirujano se echaría a reír si le preguntasen si las consecuencias son diferentes en una evacuación de 40 minutos y en otra de 20.


P: Si usted todavía fuera delegado médico, ¿qué hubiera hecho diferente?

G. HARTSTEIN: Cuando yo era delegado médico, hubo una vez que tuvimos que parar la carrera durante un par de horas. Bernie Ecclestone me presionaba para que volviéramos a correr, pero cuando aceptas una responsabilidad tan grande has de seguir el reglamento. Las normas están por algo y de hecho están muy bien hechas. Yo hubiera hablado con Charlie Whiting y le habría dicho que detuviera la carrera porque no podríamos cumplir con los límites de tiempo (dos horas).


P: Antes ha dicho que la doble bandera amarilla indica que el piloto tiene que estar listo para detenerse pero que Jules iba demasiado rápido. ¿Significa eso que el sistema de banderas está obsoleto?

G. HARTSTEIN: Creo que es muy importante hacer que se cumpla. El sistema de banderas es extraordinariamente bueno. Eso no significa que no pueda mejorarse, pero si se hace cumplir bien es extraordinariamente bueno. Este año hemos visto los problemas que ha habido en la Fórmula 3, donde los pilotos pueden volverse bastante locos. Recuerdo una vez en la GP3, hará ahora cosa de un par de años, en la que hablé con los pilotos y les dije: ‘Tal y como estáis corriendo cuando hay banderas amarillas, no permitiré que el coche médico salga a pista porque no quiero que un doctor salga lastimado’. Los pilotos son pilotos y hacen lo que hacen los pilotos, y (en los briefings) también quieren saber cuánto han de levantar en caso de bandera amarilla para evitar ser penalizados.


P: La FIA constituyó un panel de investigación a raíz del accidente. ¿Podemos confiar en su veredicto cuando algunos de sus integrantes están vinculados a la Federación?

G. HARTSTEIN: Es una buena pregunta. La credibilidad es menos sólida si los miembros del panel tienen un conflicto de intereses y aquí la mitad de esos miembros o quizá algo más debían sus carreras en el motor a Jean Todt. Eso no significa automáticamente que no sea cierto lo que dicen, pero no deja de ser un hecho que vierte dudas sobre sus conclusiones. Lo segundo y más importante, o quizá igual de importante, es que nunca publicaron el informe completo. Sólo publicaron un resumen de un par de páginas, pero no decía nada demasiado interesante.


P: Imola 1994 hizo que cambiaran muchas cosas en materia de seguridad. ¿Qué cambios podemos esperar a raíz de Suzuka 2014?

G. HARTSTEIN: Es una pregunta interesante. No lo sé, pero sé que Charlie Whiting es un tipo muy inteligente y que sabe de verdad lo que hace. Creo que Charlie está intentando que se puedan extraer los monoplazas del circuito sin necesidad de recurrir a una grúa. Creo que está pensando en eso, pero yo no sé cuál es la solución. Quizá se podría hacer como en los viejos tiempos, cuando no hacía falta retirar todos los coches y los dejaban apartados en un sitio que no supusiera un peligro para el resto. No hay ninguna duda de que para Jules hubiera sido mucho menos peligroso estrellarse contra el coche de Sutil que  contra la grúa, aunque de nuevo, no tengo ninguna queja con el procedimiento que se activó después del accidente. Ahora mismo creo que el gran peligro es cuando los coches despegan del suelo, como Mark Webber en Valencia 2012. Ese es uno de los episodios más peligrosos.


P: Se ha hablado de instalar cockpits cerrados.

G. HARTSTEIN: ¡Eso no ocurrirá! No lo creo. Si un coche saliera despegado y aterrizara del revés, no estoy muy seguro de cómo se podría rescatar al piloto. Además, ya no serían monoplazas abiertos y la Fórmula 1 siempre ha sido una categoría de coches abiertos. Sé que Adrian Newey hizo un Red Bull futurista con cúpula para un videojuego y que tenía una pinta tremenda y una mecánica espectacular, pero no estoy seguro de que en el futuro ocurra algo por el estilo.


LOS AMIGUISMOS DE LA FIA

P: ¿Qué formación tiene un doctor de Fórmula 1?

G. HARTSTEIN: Para desenvolverte en ese ambiente necesitas bastante experiencia y conocimientos en casos de traumatismos, has de saber qué tratamientos se aplican antes del desplazamiento al hospital. También está bien entender sobre los diversos tipos de lesión y todas esas cosas. Básicamente necesitas ese conocimiento, y luego ya necesitarás una experiencia más específica en función de cuál sea tu responsabilidad. Si visitas la página web del FIA Institute, creo que aún puedes descargarte una copia del libro Motorsport Medical Manual, un libro que yo edité cuando fui delegado médico. Si lo analizas, verás lo que necesitas saber para desenvolverte en un circuito.


P: Ha dicho que es importante tener experiencia previa en traumatismos, pero Jean-Charles Piette no la tenía cuando le nombraron doctor de la Fórmula 1. ¿Es verdad?

G. HARTSTEIN: Es correcto. Está entrenado en medicina, es un doctor, pero no en traumatismos. No tiene experiencia en trauma y cuando empezó tampoco tenía experiencia en las carreras. Antes de llegar a la Fórmula 1 nunca había estado en una carrera como doctor. Depositaron mucha responsabilidad en un doctor que nunca había estado en una carrera, eso es interesante (carcajada).


P: Uno pensaría que la FIA sigue un proceso de selección muy estricto.

G. HARTSTEIN: Bueno, la verdad es que sólo ha habido dos cambios: cuando Sid se retiró y cuando me sustituyeron a mí. Cuando Sid se fue, escribí un correo largo a Max Mosley. ‘Querido Presidente. Sid se va a retirar, me gustaría que me considera para el puesto, etc’. Sabía que hubo otros que pidieron el trabajo, pero me escogieron a mí. Max era un tipo serio y entendía la importancia de la medicina en la Fórmula 1. Max estuvo ahí cuando Ayrton y Roland tuvieron sus accidentes. Max trabajó con Sid, sabía qué estaba pasando. Esa fue la primera transición. La segunda fue la mía, aunque entonces no hubo ningún proceso de selección en absoluto. Saillant, Piette y Todt son todos amigos, ¿qué hay mejor que darle a tu amigo uno de los mejores trabajos del mundo? No tengo ningún problema con eso, pero siempre he dicho que es extraño. Es probable que en el mundo haya 30 o 40 personas que podrían hacer ese trabajo, Piette no era el único que podía hacerlo. Lo que me enfadó cuando me echaron no fue que yo dejara de estar en el cargo, lo que me enfadó fue que escogieran a alguien que no estaba preparado para un trabajo tan serio.


P: He oído que cuando le presentaron a Piette le dijeron que era ‘un gran fan’ de la F1.

G. HARTSTEIN: Sí. Me llamaron y me dijeron: ‘Ya no eres el delegado médico, hemos escogido a este hombre’. El mundo del motor es muy reducido, al final todos nos conocemos, pero yo nunca había oído hablar de ese hombre. Eso fue lo que les dije y me respondieron: ‘Oh, es un gran aficionado a la Fórmula 1’. ¿De verdad? ¿Lo habéis escogido porque es un gran fan de la Fórmula 1? ¿Qué formación tiene? Así me lo presentaron, como el gran fan de la Fórmula 1.

P: Gerard Saillant viajó hasta el hospital donde trabajaba para que lo despidieran por sus artículos sobre el accidente de Michael Schumacher. ¿Cómo se enteró?

G. HARTSTEIN: Sí, uno de los responsables del hospital vino un día y me dijo: ‘He recibido una visita de un amigo tuyo’. ‘¿De verdad?’, le respondí. ‘Sí, se llamaba Saillant. Ha venido con un dosier y me ha preguntado qué podíamos hacer para conseguir que pararas de escribir’. Mi responsable le dijo a Saillant: ‘Aunque puede que tengas un problema con lo que escribe Gary, yo no soy tu solución’. Todavía conservo el dosier que trajo, algún día lo publicaré online, aunque tampoco es demasiado, es más bien una recopilación de mis artículos. En fin… No me sorprendió, pero me chocó que alguien con tanta responsabilidad hiciera algo así. Sólo los criminales hacen cosas como esa. Actúan como gánsteres. Esa es la palabra. Gánsteres.


P: ¿Por qué iba la FIA a querer entorpecer su carrera profesional cuando ya no estaba vinculado a la Federación?

G. HARTSTEIN: Creo que pensaban que les podía hacer daño, que les podía hacer quedar como unos incompetentes y que eso podría tener consecuencias. Creo que tenían miedo y que me odian a muerte. Lo llevaron a un nivel personal. Jean Todt es una persona vengativa. Si le causas problemas, te joderá. Quizá no sea mañana, quizá sea dentro de unos años, pero te joderá. Querían hacerme daño a un nivel personal. Creo que me tenían miedo y que todavía lo tienen.


P: Usted trabajó con dos presidentes: Max Mosley y Jean Todt. ¿Cómo era trabajar con ellos?

G. HARTSTEIN: Max Mosley estaba muy concienciado de la importancia del lado médico de la Fórmula 1. Había sido el presidente durante la muerte de Senna, que fue un episodio enorme. Max era muy inteligente y accesible. Vi trabajar a Sid con Max y luego fui yo quien trabajó con él, y mi experiencia es que Mosley era un hombre que sabía entender la importancia de la medicina en la Fórmula 1. Me lo dijo muy claro: ‘Si necesitas algo y lo podemos hacer, dímelo y lo haremos’. Cuando Jean Todt llegó, no preguntó nada sobre el lado médico de la Fórmula 1.


LEGADO Y FUTURO

P: ¿Cuál es su legado como doctor de la Fórmula 1?

G. HARTSTEIN: (Pausa de unos segundos) A nivel práctico, solo un par de cosas. De lo que estoy más orgulloso es del libro que he mencionado antes y del hecho que empezamos a hacer simulaciones en cada Gran Premio con los comisarios locales. Simulábamos con un maniquí la extracción de los pilotos. La simulación es la forma de educar ese tipo de situaciones. De lo que estoy más orgulloso es de esas cosas, pero también estoy contento de otras, como de que el departamento médico de la Fórmula 1 fuera respetado en todos los circuitos del calendario. Manteníamos una buena relación con el personal local de los circuitos. Éramos colegas, nos respetábamos, nos escribíamos y nos ayudábamos a progresar y a mejorar. Sé que muchos médicos no pueden soportar a Saillant porque saben infinitamente más que él y aun así están jerárquicamente en una posición inferior a él. La cooperación y el respeto son valores muy difíciles de consolidar, sobre todo después de Sid, pero estoy orgulloso de haber mantenido el mismo trato que le brindaron a él.


P: Hablando de cooperación, usted intentó establecer una sociedad internacional de médicos del motor que la FIA no aceptó.

G. HARTSTEIN: Sí, la respuesta de mis colegas fue extraordinariamente entusiasta, pero me decepcionó mucho que no dejaran que fuera una realidad. Hablé con la FIA porque quería organizarlo bien. Les presenté centenares de nombres de posibles miembros, pero no se hizo. Los doctores que había incluido en esa lista estuvieron decepcionados, pero tampoco les sorprendió demasiado que sucediera eso.

P: ¿Le gustaría volver a ser delegado médico algún día?

G. HARTSTEIN: Ahora la verdad es que lo echo en falta mucho menos. Todavía me encanta la Fórmula 1, pero cuando me echaron ya me estaba acercando al final de mi carrera profesional. No hubiera seguido muchos años más, quizá una o dos temporadas más y luego le habría dicho a París que me iba a retirar y que tenían que encontrar a alguien para que me acompañara durante una temporada, para así acumular experiencia y conocer a la gente. Al principio lo eché mucho de menos, pero el tiempo pasa. A veces he pensado en si volvería y creo que sí lo haría si se dieran unas circunstancias ideales, pero es muy poco probable que esas circunstancias se den, por lo que no es realista. Aun así, me encantaba hacer ese trabajo y tratar con la gente. Todo eso me encantaba. Toda la gente que hay en el motor está motivada para mejorar y todavía hay muchísimo trabajo por hacer. No lo haría si tuviera un empleo a tiempo completo en un hospital y tuviera que compaginarlo con la Fórmula 1. Lo hice una vez y fue muy duro. Me encantaba, ¡no me quejo! Pero a nivel mental y físico, fue extraordinariamente duro compaginar ambas cosas. Ahora sería delegado médico, pero a tiempo completo. Volvería, sí. Haría dos o tres años más y luego me iría a pescar.

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