13 de noviembre de 2011

La novedad es que abandono Vettel, la novedad es que ganó Hamilton


Las dos son noticias. Aunque me temo que de no haber sucedido lo primero, creo que tampoco se hubiera dado lo segundo. Lo cierto es que la sonrisa le ha vuelto a la cara a Lewis Hamilton. Hacia poco más de cuatro meses que no subía a lo más alto del podio.

Y que casualidad, como la última vez, Sebastian Vettel no está al lado suyo. Extrañamente al germano se le reventó el neumático en la primera vuelta y tuvo que abandonar tras no hacerlo en las últimas 20 carreras. Aquél GP de Corea que había puesto en peligro su primer titulo fue el último en el que Vettel se había perdido la bandera a cuadros.


Desde entonces siempre había terminado en el podio a excepción de Alemania, donde casualmente Lewis había festejado hace cuatro meses. Pero la F1 tiene estas cosas, donde todo fue éxito hace un año, hoy fue frustración, decepción. Donde todo se derrumbaba hace un año y dejaba a los tifosi sin respuestas, hoy había alegría, satisfacción.

Con Vettel ya fuera en la primera vuelta, la carrera se abrió para el lote de punta. Para Lewis, para Button, para Alonso, para Webber que a priori se sacaba un enorme peso de encima. Pero el problema del australiano no es la superioridad de su compañero, quedó comprobado que es su propio genio. Este año Mark no ha podido con Mark.


Por el contrario, vimos un Alonso totalmente diferente al precabido del 2010 que nunca se había animado a pasar a Petrov. El asturiano fue por Button en la primera vuelta, lo madrugo mientras duraba el golpe de escena que había dado con su trompo Vettel y así se encaramo al podio que le faltaba para completar su vitrina de trofeos.

Entonces Lewis abrió una brecha de 2 segundos y medio con el asturiano, que iba creciendo y bajando levemente hasta la primera parada. Mientras que Button se las arreglaba para contener a Webber y Massa. El brasileño supo ser protagonista en el segundo stint de la carrera, pero luego se fue retrasando, como también el australiano que como si fuera poco tuvo una muy lenta primera parada. Y esto le facilitó la carrera a Button para afirmarse en el tercer escalón del podio.


Webber recuperaría velocidad en el último stint, giró en el minuto 42 segundos de manera constante como no pudo hacerlo nadie, pero entonces ya era tarde. El aussie requirió de tres paradas, la última en el giro final, para llegar detrás de Button.

Así, Red Bull cortó una racha de 20 carreras siempre con un piloto en el podio. Y donde todo fue color azul energizante hace una temporada, hoy hubo otro color.

Tras Webber, la quinta posición fue de Felipe Massa, la sexta de Nico Rosberg. Apenas cruzando la meta en el séptimo lugar, Schumi dejo por ahí tirada la flecha. Octavo Adrian Sutil, noveno Paul di Resta con los Force India. Décimo y último para el puntaje Kamui Kobayashi con el Sauber.


Se distanció de su padre y de su novia, se alejo del Lewis que había sido y de la sonrisa. Pero volvió a su primer amor, el que no nos deja por nada del mundo: la mama y el que le alimenta el alma junto con la victoria. Y la recuperó.

El fin de semana la mujer que le dio la vida cumplía años y el quería que lo acompañara en el circuito. Porque la mejor novia que tiene uno, el mejor apoyo, no nos abandona nunca. Y no hay nada mejor para agradecérselo que dedicarle una victoria. Hoy Lewis ganó en todos los ámbitos y la noticia ya no es solo esta, sino que lo recuperamos. Hoy ganamos todos.


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